Portugal: apertura de fronteras antes de tiempo

Portugal abrió el pasado sábado 1 de mayo su frontera con España en la fase final de superación de la pandemia del COVID-19

António Costa, el primer ministro de Portugal, anunció el pasado jueves 29 de abril la reapertura de la frontera con España. Esta medida ha sido tildada de arbitraria debido a que en España aún continúa en pie el estado de alarma. 

Desde el comienzo de la pandemia, Portugal ha cerrado la frontera con su país vecino en dos ocasiones. La primera fue entre el 17 de marzo y el 30 de junio del año pasado, en el momento de mayor expansión del coronavirus a nivel mundial; la segunda fue entre enero y abril del presente año 2021, durante la tercera ola. Sin embargo, esta reapertura no implica la libre movilidad entre ambos países ya que, en algunas de las comunidades autónomas en España, continúan los cierres perimetrales. 

Esta medida resulta especialmente contradictoria, ya que se aplican restricciones para proteger a la población mientras que se anima a venir a los extranjeros, lo que supone un gran riesgo de exposición a un aumento de contagios. Lo lógico, en cambio, sería ir abriendo gradualmente el desplazamiento interno en el país y un relajamiento de las medidas, para después poder permitir los viajes internacionales sin un mayor riesgo de contagios. En resumen, deben poder abrirse las fronteras internas antes de dar libre acceso a las externas.

A la vista está el grave repunte de casos que se sufrió durante el verano de 2020, fruto de la apertura del espacio fronterizo. La consecuencia de aquel aumento de casos provocado por la movilidad internacional fue una regresión a la situación anterior y un endurecimiento de las restricciones. Esto culminaría el 25 de octubre con el decreto del segundo estado de alarma, vigente hasta el día de hoy y que finalizará el próximo 9 de mayo.

Por otra parte, no se puede obviar la evolución del proceso de vacunación. Mientras que el Ministerio de Sanidad español ha vacunado a 4.413.784 personas (el 9,4% de la población), Portugal ha vacunado a 863.231 (el 8,4% de su población), acorde con la Dirección General de Salud luso. Estos datos reflejan que el proceso de vacunación es lento y poco avanzado. Si bien la población portuguesa es menor que la española, el ritmo de vacunación es bastante similar y proporcional. Esto también explica, en parte, por qué Portugal ha tenido menos casos de contagios y fallecidos en España, 863.000 y 16.000 personas respectivamente.

La toma de medidas por parte de Portugal en los primeros momentos de la pandemia fue rápida y eficiente, pero no ha sido así con la vacunación. No es este el caso de otros países como Israel o Taiwán, que desde el principio tomaron medidas de seguridad, anticipándose a los contagios. Actualmente, varios países gozan ya de una forma de vida prácticamente igual a la imperante antes de la pandemia, sin mascarillas y hasta con conciertos multitudinarios y sin distancia entre personas.

El impulso del turismo es un aspecto vital para la recuperación económica de España, sin duda, pero es preciso mantener la cautela y no relajar las medidas de seguridad antes de tiempo. Si se fomenta el turismo y se abren las fronteras en un momento como el actual, España se arriesga a repetir la historia: una nueva ola con su consiguiente aumento de los contagios. Esto implicaría la necesidad de aumentar nuevamente las restricciones y, lo peor de todo, más muertes a causa de una pandemia que, a día de hoy, parece ya eterna.

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