Padre Gabriel Díaz: “El matrimonio está reservado para un hombre y para una mujer”

El cura de Valdemoro asegura que la Iglesia vive una continua lucha entre el día a día y la tradición.

El Padre Gabriel Díaz Arazola es el cura de la Iglesia de San Vicente de Paúl de Valdemoro. Con 42 años comparte una visión muy concreta de las recientes declaraciones de la Iglesia acerca del matrimonio homosexual.

PREGUNTA. Recientemente la Iglesia católica ha declarado la prohibición de bendecir a parejas del mismo sexo, cómo párroco, ¿nos puede explicar en profundidad estos designios y doctrinas de la Iglesia católica? ¿Qué opinión le merece que la Iglesia católica prohíba a sus curas bendecir a parejas del mismo sexo?

RESPUESTA. La Iglesia católica intenta ser fiel a un mensaje en el que ella misma es la receptora. Pensamos que Dios, en su manifestación, ha incluido el cómo ha creado el matrimonio y la familia. Nuestra verdad se tiene que confrontar con la realidad del día a día. La homosexualidad es algo también muy antiguo, está en la naturaleza del ser humano. Existe desde siempre, pero la Iglesia piensa que sí hay una diferencia entre una cosa y la otra.

R. La noticia ha surgido en una Conferencia Episcopal donde algunos sacerdotes alemanes recibieron en sus parroquias a personas del mismo sexo que querían ser bendecidos. La diferencia está en que la Iglesia bendice a las personas, y al matrimonio de forma separada. Es la respuesta de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que al frente tiene a un español, Luis Ladaria, que lo hace en nombre del Papa. Esto es un organismo del Vaticano y el Papa simplemente da su visto bueno. Él ha dicho que la Iglesia ha recibido de Jesús una tradición y es que Jesús estuvo presente en una boda entre un hombre y una mujer. Entonces la Iglesia entiende que el sacramento del matrimonio está reservado para un hombre y para una mujer.

Padre Gabriel y Pedro García sentados alrededor de una mesa durante la entrevista
Padre Gabriel Díaz Arzola y Pedro García. Fuente Propia.

P. ¿Lo considera más como una tradición que como una norma escrita y definida de cara al futuro?

R. La Iglesia define sus normas en positivo; dice que pueden recibir el sacramento del matrimonio un hombre y una mujer, no dice los que no pueden. Se da por supuesto que un hombre y tres mujeres no se pueden casar por la Iglesia, como sí ocurre en otras religiones. Entonces sí que es una tradición, pero para la Iglesia es como ser fiel a lo que ella ha recibido desde hace mucho tiempo.

P. En diversas ocasiones hemos oído al Papa mostrarse a favor del colectivo LGTBI+ con frases como: ‘son hijos de Dios’, ‘tienen derecho a una familia’, ‘lo que debemos crear es una ley sobre las uniones civiles’. Esta reciente prohibición mencionada anteriormente, ¿no supone una contradicción en los valores de la Iglesia católica en el sentido de inclusión?

R. El Papa Francisco sí que ha hecho manifestaciones en el sentido de que ha habido y hay personas homosexuales y ellos van creando sus relaciones personales. Que las leyes civiles les den una cierta cobertura a parejas del mismo sexo que quieren convivir claro que entra dentro de lo normal. Otra cosa es el sacramento del matrimonio, que son dos cosas diferentes.

P. El Papa se ha mostrado a favor del colectivo homosexual, pero luego muchas veces ha visto coartadas y en el punto de mira esas declaraciones. Ahora con esta nueva noticia, ¿quién es el organismo con voz y voto en este tipo de asuntos? ¿El Papa, que es la autoridad, con qué limitaciones se encuentra?

R. El Vaticano es un mundo muy complejo. Es verdad que es la cabeza, pero el Papa no tiene un poder absoluto. Luego hay unos cardenales, unas 200 personas que también tienen su visión y también le aconsejan en el gobierno de la Iglesia. La última palabra siempre la tiene el Papa, pero los cardenales también influyen mucho, y algunos Papas también han tenido que echar marcha atrás en muchas de sus decisiones.

En este caso concreto, en la Congregación para la Doctrina de la Fe, es un organismo que está en el Vaticano y que tiene como misión dar luz y dirimir cuestiones complejas; ha tratado el tema de los abusos sexuales hecho por sacerdotes. Al frente está Luis Ladaria, que ya habíamos hablado de él, con un gran bagaje intelectual, y sus asesores, y no es que sean la voz del Papa: él tiene voz propia y habla cuando quiere, pero sí es verdad que asesora al Papa en temas difíciles. En principio no tiene por qué haber contradicción porque el Papa, cuando ha hablado a favor de los homosexuales, realmente lo que ha dicho es que, si una persona homosexual busca a Dios, quién es él para juzgarlo. Pero tampoco nunca se ha pronunciado a favor de casar por la Iglesia a los homosexuales.

P. Entonces, para terminar y dejarlo claro, ¿sería la figura del Papa como la de un presidente del Gobierno, que tiene sus limitaciones para poder legislar?

R. Exacto, si el Papa no hubiera dado el visto bueno a todas estas informaciones, todo esto habría sido cancelado y nada hubiera salido a la luz.

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