Históricamente España no formaba parte de las áreas de tráfico de sustancias ilegales; pero en los últimos años se ha profesionalizado el cultivo y tráfico, convirtiéndose en uno de los principales países de Europa en consumo y exportación de marihuana. A través del análisis de los últimos datos, la exposición de opiniones para su consumo terapéutico y conocimiento sobre las consecuencias clínicas del abuso de la marihuana, Medio Multimedia profundiza en el impacto que supone esta sustancia para la sociedad española.
Marihuana, más que una droga
La marihuana es una sustancia que se extrae al triturar flores, hojas y tallos secos de la planta Cannabis sativa. En un principio, este término de origen mexicano, se utilizaba para designar al tabaco de menor calidad; pero a día de hoy muchos países identifican la marihuana con las hojas del cannabis o incluso con el propio cannabis.
En España, el cannabis es la droga ilegal más extendida y la marihuana, su derivado más consumido. Así lo indica el ‘Informe sobre drogas 2019’, que señala que el 18,3% de la población de entre 15 a 34 años consume cannabis, siendo esta práctica más común en hombres (25%) que en mujeres (11,5%). Esto se debe a que, en los últimos años, su consumo ha experimentado un cambio en la tendencia al aumentar no solo las técnicas de consumo individual, sino el tráfico a gran escala. Según fuentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, del informe ‘Estrategia Nacional sobre las adicciones 2017-2024‘, durante el período comprendido entre 2013 y 2016, el número de plantas de cannabis intervenidas en España para consumo de marihuana superó el 30%.
Compuesto aditivo de la marihuana
La marihuana se puede fumar, comer, beber o inhalar, y los efectos generados en el cerebro proceden principalmente del tetrahidrocannabinol o THC, un compuesto conocido por los expertos como principio psicotrópico activo. Cuanto mayor porcentaje de THC posea, mayor será el efecto y riesgo de adicción. Actualmente existe una amplia variedad de marihuana, algunas muy agresivas que proceden en su mayoría de Estados Unidos. Las más conocidas por su alto porcentaje de THC son: Triple G (26%), Hulk Berry (27%), Green Gelato (27%), Royal Gorilla (27%), y Cookies Gelato (28%). El límite habitual de THC se sitúa entre el 4% y el 14%.
En 2006 la Comisión Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad publicó el ‘Informe sobre el cannabis’. Junto a otros datos, el documento indica que “del total de THC contenido en un cigarrillo (de marihuana), entre un 10-30% llega a los pulmones y la sangre, un 30% se destruye por la combustión y un 50% se pierde en el aire”. Y continúa: “El THC se detecta en sangre inmediatamente después de la primera calada (1-2 minutos) (…) y los efectos se inician entre segundos y minutos tras haber consumido la sustancia y persisten hasta 2 y 3 horas”. Todo ello teniendo en cuenta el número de caladas y la potencia de los cigarrillos.
Efectos del cannabis a corto plazo sobre el encéfalo || Adrían Fernández CC-BY-SA 4.0
Perfil del consumidor
El consumidor de cannabis con problemas de adicción corresponde a un perfil de “hombre menor de 25 años que fuma 3 porros de marihuana al día”. Concretamente en España, el 19% de la población de 15-64 años que ha consumido cannabis en los últimos 12 meses hacen un consumo problemático. Así lo indica el mismo informe sobre ‘Estrategia Nacional sobre adicciones 2017–2024’. Las tendencias de consumo analizadas en la tesis de la Doctora Rosa Izquierdo Palomares indican que las mujeres comienzan y cesan en el consumo de cannabis antes que los hombres.
En rangos de edad, a medida que se llega a la edad adulta, los estudios demuestran un descenso en el consumo, inclinando así la tendencia a un mayor consumo en los jóvenes. En términos de rutina, se establece que en la edad adulta el consumo resulta muy frecuente, casi diario, en aquellas personas que desempeñan un trabajo; frente a la población desempleada cuyo consumo se sitúa en más de una vez a la semana.
El uso frecuente de la marihuana indica que el consumidor de mayor edad busca en esta sustancia la relajación o activación de las cualidades creativas; y se suele consumir en el propio hogar de forma solitaria o en asociaciones destinadas a estos fines. Por otro lado, el consumidor más joven utiliza el cannabis para el ocio, erigiéndose en un consumo que se realiza de forma recreativa y, generalmente, en compañía. Asimismo, la tendencia a consumir se realiza en lugares públicos (parques, plazas, explanadas), junto al consumo en fiestas, festivales o macroeventos.
Consumo para uso medicinal
Nei Chi es el título del libro que recoge la doctrina fundamental de la medicina tradicional china. Esta obra, datada en torno al 2.600 a. C, enuncia las bondades del cannabis sobre las que muchos científicos y activistas basan su defensa. Ejemplo de ello es el científico — y confeso consumidor de marihuana — Carl Sagan, quien afirmaba que “la ilegalidad del cannabis es horrible, un impedimento a la completa utilización de una droga que ayuda a producir la serenidad y revelación, sensibilidad y camaradería que necesitamos tan desesperadamente en este mundo cada vez más loco y peligroso”.
La voz y trabajo de científicos como Sagan ha elevado la cuestión sobre su legalización, favoreciendo así la fabricación médica de productos con sustancias procedentes del cannabis. En los últimos años se ha empezado a comercializar este tipo de medicamentos que contienen THC o un sintético similar como es el Sativex, Nabidol o Cesament. De ellos, solo Sativex se comercializa en España, y su uso permite tratar la espasticidad moderada o grave debida a la esclerosis múltiple cuando esta no remite con otros medicamentos.
La ONU sobre el cannabis
El cannabis en sus diferentes vertientes conlleva un gran un impacto sanitario, social y criminológico. Por ello organismos institucionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) presentan una postura clara.
En el ‘Informe Mundial sobre las Drogas 2019’ publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la ONU advierte que “pese a la utilidad de algunos cannabinoides para tratar determinados trastornos especiales, el uso de esos productos, en particular en la forma botánica de hierba de cannabis, su contenido y dosificación desconocidos puede ser nocivo. Así pues, a fin de proteger la salud de las personas, es necesario aplicar también a los medicamentos a base de cannabis los principios de seguridad, calidad y eficacia y los ensayos científicos rigurosos y regímenes reglamentarios que se aplican a los medicamentos reconocidos”.
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