Madrid, es dos de mayo, poco más de las cinco de la tarde y en la calle del Divino Pastor ya se advierte un ambiente festivo. Los bares de las laberínticas calles del céntrico barrio de Malasaña se han llenado de jóvenes y no tan jóvenes.
Las plazas del barrio se han abarrotado de personas que beben, cantan y bailan. Es el día del dos de mayo, una fecha señalada en los corazones de todos los madrileños, puesto que se celebra el día de la Comunidad de Madrid. Pero, si este día tiene una especial relevancia en algún lugar, ese es Malasaña. Un barrio lleno de historia y de historias que estos días celebra sus fiestas.
Las calles del barrio de Malasaña en Madrid se vuelven a llenar, en lo que, para muchos vecinos, es el fin de semana más esperado del año. Las populares fiestas del dos de mayo vuelven este 2022 con más fuerza que nunca, aunque con un formato más contenido, tras un parón de dos años por la pandemia. De la mano de la asociación vecinal “Plataforma Maravillas”, así como el ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han organizado una programación variada para todos aquellos que quieran acudir a las fiestas del barrio más famoso de la capital.
Las tan conocidas banderillas del barrio de Malasaña vuelven a sus calles tras dos años en las que han tendido que ser suspendidas a causa de la pandemia. Es por eso, que muchos habitantes y visitantes del céntrico barrio madrileño aseguran tener más ganas que nunca del evento. Así lo confiesa una de sus vecinas, María, que lleva viviendo en el barrio desde que llegó a Madrid. “Tenía muchas ganas de que llegaran estos días, es mi fin de semana favorito del año, especialmente después de tanto tiempo sin poder disfrutarlo”, aseguraba emocionada esta vecina.
Además, muchos vecinos nuevos del barrio que llegaron a sus calles durante la crisis de la covid-19 no conocían esta famosa festividad. Así lo confiesa una joven estudiante venezolana que se mudó hace tan solo un año al barrio de moda de la ciudad y que nunca había podido disfrutar de sus tan conocidas fiestas. “Llegué a vivir al barrio en plena pandemia y no conocía esta fiesta, pero la verdad es que hace que me guste más aún Malasaña”, aseguraba entusiasmada la joven.
Sin embargo, las opiniones entre los vecinos son dispares. Para muchos de ellos, el ruido y el alboroto que se generan en las calles interrumpen su descanso y se quejan de que las calles acaben llenas de basura. “No puede ser que vengan aquí a emborracharse y ensuciar todo el barrio, no hay derecho” se quejaba un vecino del barrio. Las grandes aglomeraciones que se generan, junto con el consumo del alcohol, hacen que las calles y plazas se conviertan en auténticos basureros. Muchos vecinos denuncian esta situación y dicen estar olvidados por las autoridades. “Al día siguiente no se puede ni salir a la calle del olor a pis y basura. La policía les permite estar aquí y ensuciar el barrio”, denuncia un vecino del barrio.
Pero no solo son los vecinos del barrio quienes denuncian esta situación que se genera a causa de las fiestas y de los botellones. También muchos comerciantes y trabajadores de la zona denuncian como la basura y la actitud de muchos jóvenes afectan a sus comercios. Sin embargo, para muchos esta situación no es nada nuevo, puesto que no es exclusivo de este fin de semana. “Bueno, es algo constante, Malasaña es una zona en la que cada fin de semana hay destrozos del mobiliario urbano y basura” cuenta resignado el dueño de una pequeña tienda en el barrio. Cuenta este mismo trabajador que a pesar de esto, parece que este año se han esforzado más por limpiar las calles. Así lo confirma un trabajador de limpieza del ayuntamiento de Madrid “aunque parece que hay más gente sucia, también hay mas turnos de gente limpiando”.
Las fiestas en la actualidad
Las fiestas del dos de mayo están este año marcadas por la pandemia. Los eventos son más reducidos. En las calles de Malasaña, los transeúntes ya no podrán disfrutar de los míticos conciertos callejeros que tanto caracterizaban a estas fiestas. “Deberían darnos un respiro, lo hemos pasado muy mal y ahora nos merecemos disfrutar de una vez” se lamentaba una joven que disfrutaba del día en una terraza del barrio. Pero no todos los vecinos en el barrio tienen la misma opinión y hay quienes prefieren mantener la precaución frente a la covid-19. “Me parece bien que la gente joven disfrute, pero tenemos que tener cuidado, por que la pandemia aún no ha acabado” afirmaba otra vecina.
Por otra parte, el control policial es aún mayor para evitar las aglomeraciones. “Esto no es nada exclusivo de las fiestas, siempre hay policía en todas las plazas para que no se beba en la calle” comenta una vecina. “Este año ha habido mucha más gente que otros, pero también ha habido mucha mayor presencia policial y por eso no hay tantas aglomeraciones, se notaba que estaban mucho más presentes que otros años” cuenta este dependiente de una tienda en el barrio. Desde bien entrada la mañana, los furgones de la policía nacional aguardaban en todas y cada una de las plazas del céntrico barrio.
En especial en la plaza del dos de mayo, lugar donde los jóvenes se reúnen para comer y beber. Pero, a pesar del ambiente festivo, superada la media noche el alcohol comenzó a hacer efecto en la gran multitud que se aglomeraba en la plaza y el ruido iba en aumento. Así, la noche finalizó con el desalojo de la plaza por parte de los antidisturbios de la policía nacional. Algunos, bajo los efectos del alcohol, incluso llegaron a enfrentarse con la policía. Se escuchaban en la plaza gritos y cánticos en contra de los cuerpos de seguridad. “No puede ser que no nos dejen estar aquí, no hacemos nada malo” se quejaba una joven mientras salía de la plaza. Otros, sin embargo, reconocían que “la policía está haciendo su trabajo”.
El porqué de estas fiestas
Esta festividad que celebra el día de la Comunidad de Madrid tiene su origen en la Guerra de la Independencia, cuando los madrileños se enfrentaron a las tropas napoleónicas. En Malasaña tiene especial relevancia gracias a una de sus plazas más emblemáticas, la plaza del dos de mayo. Todos los transeúntes que la visitan observan la importante estatua que conmemora el levantamiento de la ciudad contra las tropas francesas. Sin embargo, no todos se fijan en ella, o al menos saben su significado. “Me sonaba el nombre, pero la verdad es que nunca lo había oído” confiesa una joven entre risas. Su acompañante le replica “supongo que será por el nombre de la plaza”.
Los hay más atrevidos, que dicen que se trata de una batalla de la guerra civil, o incluso de un ser mitológico. Entre todos estos argumentos dispares resulta difícil encontrar entre todos los jóvenes que celebran este día alguno que conozca el hecho que se conmemora. Solo los más mayores están al tanto de lo que se celebra y se apenan del desconocimiento por parte de los jóvenes. Y no les falta razón.
El objetivo de estas celebraciones, por lo menos según como señala la propia ley de la Comunidad de Madrid que dio inicio a esta festividad, es la de crear una identidad común para los madrileños. Un día, que, junto a una bandera o un himno, los políticos madrileños vieron necesario para crear una identidad en los ciudadanos de la comunidad. Sin embargo, pocos conocen el verdadero significado de la fecha. Aún menos los madrileños serían si quiera capaces de entonar una sola nota de su himno. Sin embargo, las fiestas del dos de mayo han vuelto dos años después, esta vez, para quedarse.