Las grandes compañías ya asumen asignaciones milmillonarias, mientras las PYMES temen quedarse sin las ayudas
Las empresas españolas se lanzan a por los fondos europeos, pero con demasiado optimismo. El Gobierno de España recibirá 140.000 millones de euros en los próximos años bajo el paraguas del programa Next Generation de la UE, de los que unos 59.000 van destinados directamente a financiar proyectos empresariales. Las grandes energéticas, compañías de infraestructuras o aerolíneas españolas ya han anunciado proyectos milmillonarios que superan -en más del doble- la cantidad que financiará Bruselas. En resumen: no hay dinero para todos.
A lo largo de los meses, hemos ido conociendo los planes de los grandes buques empresariales, para los que el acceso a estas ayudas es fundamental en su futuro más cercano. La mayoría asumen que recibirán esas asignaciones por parte de los distintos ministerios, que son quienes seleccionan los proyectos que recibirán la financiación europea y a quienes hay que presentar la documentación.
Este programa de financiación, que llega como un balón de oxígeno para muchas entidades, se enmarca dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española presentado por el Gobierno. De todos los fondos que Bruselas enviará a España, la mitad son préstamos que habrá que devolver y la otra mitad, transferencias a fondo perdido.
La financiación de proyectos empresariales se enmarca en el segundo tipo que, tal y como indica Bruselas, debe tener como principales objetivos la economía verde, la sostenibilidad, la digitalización y la modernización de la economía española. Estas líneas de actuación concuerdan con los nuevos modelos de negocio de los buques empresariales de nuestro país, por lo que no han tardado en presentar sus iniciativas para obtener financiación.
Solo las grandes energéticas -Iberdrola, Endesa o Repsol, entre otras- ya han anunciado proyectos por, al menos, los 79.000 millones de euros. Es decir, las empresas de un solo sector ya aspiran a recibir más del total de lo que el Fondo ‘Next Generation’ destina a financiar planes empresariales. Por sectores, el siguiente es el de industrias e infraestructuras, que ha anunciado proyectos por, al menos, 20.000 millones. Le sigue el turismo: cadenas hoteleras y compañías de transporte ya han solicitado, al menos, 14.000 millones.
Un cajón de sastre para todo tipo de proyectos
Las grandes compañías se muestran muy optimistas no sólo sobre la cantidad de fondos que podrían recibir, sino también sobre el tipo de propuestas. A pesar de que los proyectos deben ejecutarse a corto plazo (tienen que invertirlos antes de 2026), el desarrollo y la puesta en marcha de algunas propuestas podría estar bastante lejos. Algunos ejemplos lo evidencian: se han presentado planes para electrificar completamente aviones o incluso construir aeródromos para taxis voladores.
La financiación europea, ¿Un laberinto para las PYMES?
Más del 99% del tejido empresarial español está compuesto por pequeñas y medianas empresas (PYMES), las más golpeadas por la pandemia en términos de financiación y liquidez. Sin embargo, muchas se quejan de la dificultad a la hora de acceder a las ayudas y de la falta de compromiso del Gobierno de España con el que es el grueso empresarial español.
A pesar de que el Plan de Recuperación y Resiliencia marca como uno de sus objetivos “potenciar las PYMES”, la realidad es bastante distinta. En primer lugar porque de momento el Gobierno solo se ha comprometido a entregar 7.000 millones de euros del monto total a estas sociedades. Si se cumple lo anunciado, el 99% de las empresas de nuestro país (las pymes) recibirá solo el 10% de la financiación.
Por otro lado, los ejes a los que se dirige el plan tampoco ayudan. Los pequeños y medianos empresarios ven complicado lanzar iniciativas que se ajusten a sus líneas de negocio y, al mismo tiempo, cumplan con los objetivos que exigen los proyectos para ser financiados: la digitalización, la transición ecológica, la modernización o la cohesión social.
A las anteriores dificultades se suma también el cambio en el modelo de solicitud de las ayudas respecto al plan inicial del ejecutivo. En un principio, el Gobierno optó por la gestión de los fondos europeos a través de la creación de una ventanilla única que gestionaría La Moncloa.
Sin embargo, finalmente se ha propuesto la puesta en marcha de “tantas ventanillas como organismos licitadores”. Es decir, las empresas tienen que dirigirse a cada Ministerio para solicitar las ayudas en función de la tipología del proyecto. Además, se suman las Comunidades Autónomas -que gestionarán cerca de la mitad del total- y los Ayuntamientos, encargados de desembolsar otra pequeña parte de las ayudas. En definitiva, las PYMES se enfrentan a un entramado burocrático difícil de superar y que pone trabas a conseguir financiación. ¿Qué opinan los empresarios?
Un balón de oxígeno para la economía europea
En datos de la Comisión Europea, España es el país miembro que ha protagonizado la mayor caída de PIB en el año 2020: un 11%. Este es uno de los principales motivos por los que se posiciona como el segundo mayor beneficiario del plan de recuperación europeo, sólo por detrás de Italia.
Alcanzar una propuesta conjunta al impacto económico del Coronavirus fue muy difícil para una Unión Europea que no esperaba sufrir de forma inesperada la mayor caída económica de su historia. El enfrentamiento constante entre los países frugales y los considerados “beneficiarios” -los que más necesitaban los fondos- no favorecía el consenso necesario para lanzar el paquete de ayudas al que finalmente van a acceder.
Tras meses de bandos enfrentados y bloqueos la tramitación de las ayudas parece inminente, si no hay sobresaltos. El pasado 30 de abril era la fecha tope marcada por Bruselas para que cada uno de los países presentara sus propios planes de inversión y reforma , que posteriormente pasarán a ser evaluados por la Comisión Europea para acreditar que siguen las condiciones de acceso a los fondos.
Entre los requisitos, destaca la obligación de destinar al menos el 37% de las ayudas a objetivos relacionados con el clima y un 20% a la transición digital, además de invertir en los objetivos que establece la UE y las reformas que previamente Bruselas haya precisado necesarias para cada uno.
Algunos países la UE, ejemplo a seguir para España
Las áreas mencionadas -que conforman el eje principal del paquete Next Generation- experimentan ya un alto desarrollo en algunos países europeos como Holanda o Bélgica. Estos países son precisamente los que tendrán acceso a una cifra menor en ayudas.
España, el segundo más beneficiado, centra sus propuestas en suplir las deficiencias del país que Bruselas destaca y se limita a destinar el porcentaje mínimo a los ejes principales de actuación del plan – con el fin de ser aprobados por la CE: destinando un 39,12% a transición ecológica y un 29% a la digitalización.
El contraste es sorprendente si nos fijamos en Alemania. Su propuesta contempla asignar un 40% para política climática y transición energética y hasta un 50% de las ayudas para la transformación digital. Los expertos apuntan a que eso es lo que España necesita para despegar y mantener su vuelo a largo plazo.