La adolescencia robada, aplicada al colectivo LGTBI

A menudo, los adolescentes se enfrentan a situaciones de la vida adulta antes de tiempo, a consecuencia de una sociedad que en ocasiones les roba la adolescencia

Versa el presente reportaje sobre el término de la adolescencia robada, un concepto con múltiples caras. Generalmente, la expresión “adolescencia robada” se utiliza para describir diversas situaciones en las que los adolescentes se ven privados de las experiencias y oportunidades típicas de esta etapa crucial del desarrollo. Globalmente, las causas de este fenómeno son múltiples y complejas, e incluyen distintos conceptos que se analizan a continuación.

En primer lugar, podemos hablar de los conceptos de pobreza y exclusión social, en tanto que la falta de recursos económicos y el acceso limitado a las oportunidades educativas y de salud pueden, en cierto modo, disminuir las posibilidades de desarrollo en las vidas personales y sociales de los adolescentes. 

Así mismo, otro de los factores más importantes reside en el hecho de crecer en entornos violentos o en zonas de conflictos armados, en tanto que esta pertenencia a ciertos lugares de nacimiento o crecimiento puede impactar, de forma devastadora, en la vida de los adolescentes, negándoles las condiciones mínimas de seguridad, educación y obtención de oportunidades de futuro.

De esta forma, estos factores tan diferenciales pueden contribuir, de manera decisiva, a entrar en una espiral de discriminación, en tanto que los adolescentes que pertenecen a estos grupos minoritarios, o que son víctimas de discriminación por distintos motivos (raza, género, orientación sexual o cualquier otra condición) pueden experimentar la exclusión en ciertas oportunidades de las que sí disfrutan otros jóvenes.

Por otra parte, otra de las causas esenciales que puede conducir a sufrir esta “adolescencia robada” reside en el trabajo infantil, un elemento que, a menudo, priva a los adolescentes de la oportunidad de estudiar y jugar en entornos seguros social y emocionalmente, relegándoles a condiciones precarias y explotadoras. 

Precisamente, estas condiciones también se experimentan en aquellos casos de matrimonios infantiles y uniones tempranas, en las que los niños que se casan o se unen a parejas en edades tempranas se ven, con frecuencia, obligados a dejar sus estudios para centrarse en la asunción de responsabilidades propias de la edad adulta, limitando sus oportunidades de desarrollo en el ámbito personal y profesional

Por último, se puede hacer mención de las enfermedades y discapacidades, en tanto que estos fenómenos pueden dificultar o impedir que los adolescentes se impliquen en las actividades típicas de su edad, limitando gran parte de su potencial.

Gráfico de barras sobre los testigos de acoso verbal contra el colectivo LGTBI en las aulas
Asesorconsultor02, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons
Reproducir video acerca de Bandera LGTBI con el título 'Tipos de Acoso'

A nivel general, las consecuencias de la “adolescencia robada” suelen tener una repercusión grave y duradera. De este modo, los adolescentes que se ven privados de las experiencias y oportunidades normativas de esta etapa crucial del desarrollo pueden verse afectados en distintos ámbitos: por ejemplo, en el espectro académico, pueden tener un rendimiento menor, encontrando mayores dificultades para lograr obtener un empleo. 

Además, es habitual dentro de estos grupos poder sufrir problemas de salud mental, tales como la depresión, la ansiedad o el estrés postraumático así como pueden ser más propensos a participar en comportamientos de riesgo, tales como el acceso al consumo de drogas, o verse envueltos en episodios de violencia y delincuencia. En suma, todo ello, en conjunto, dificulta, con frecuencia, la formación de relaciones sanas y estables.

Cartel de la estación de metro de Chueca
Cartel de la estación de metro de Chueca. Dmgepecmsp, CC0, via Wikimedia Commons

Una vez analizado a nivel global el concepto de adolescencia robada, debemos centrarnos en cómo este fenómeno afecta, especialmente, a los adolescentes LGBTQ+, en tanto que este colectivo se enfrenta a una serie de desafíos únicos que pueden dificultar o impedir que disfruten de una adolescencia plena y saludable.

En cierto modo, estos desafíos incluyen, en muchos casos, procesos de discriminación y acoso, motivados por el hecho de que los adolescentes LGBTQ+ son más propensos a ser víctimas de discriminación y acoso por parte de sus compañeros, profesores e, incluso, familiares: a menudo, esto puede llevar a reproducir sentimientos de aislamiento, vergüenza y baja autoestima.

Además, los adolescentes LGTBQ+ también se enfrentan a un riesgo mayor de sufrir violencia, tanto física como sexual, lo que puede repercutir, de forma devastadora, en su salud física y mental. Así mismo, en muchos casos, muchos adolescentes LGTBQ+ ven como sus familias no les apoyan, lo que puede obligarlos a verse inmersos en procesos de ocultación de identidad sexual o de género, lo que puede repercutir gravemente en su salud mental.

Por otra parte, también pueden sufrir para acceder a servicios informativos, ya que, en muchos lugares, los adolescentes LGBTQ+ tienen dificultades para acceder a servicios de salud y apoyo afirmativos. Esto puede dificultarse obtener la atención que necesitan para su salud física y mental.

En general, estas consecuencias de la adolescencia robada en los adolescentes LGBTQ+ son graves y duraderas. Estos jóvenes pueden tener un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y suicidio. Además, pueden abandonar la escuela con más frecuencia, lo que puede motivar, a su vez, una serie de dificultades para encontrar un empleo. Por otro lado, sufrir abuso de sustancias, tener relaciones sexuales sin protección o tener problemas para formar relaciones sanas y estables.

En el ámbito literario, preguntamos a Juan Arcones autor del libro Un rey de verano acerca de la importancia de la literatura en la integración y el fenómeno de la adolescencia robada:

P: ¿Cómo ves las nuevas historias blancas?

R: A mí me parece bien en el sentido de que necesitamos dar puntos de apoyo a los adolescentes. Necesitan agarrarse a relaciones más sanas, a sitios más seguros, porque lamentablemente sigue habiendo mucho bullying a adolescente queer, sigue habiendo una tasa de suicidio muy alta entre los adolescentes, y sobre todo si son LGTB. Yo considero que la literatura con personajes con los cuales se pueden ver reflejados, les da un respiro, un espacio seguro. Creo que son historias que se necesitaban porque no había, casi todo lo que había era muy oscuro, muy dramático, creo que estamos en el punto de que debemos arrojar un poquito de luz.

P: ¿Ya que tienes tantas obras que hablan del amor gay en la adolescencia, qué ves?

R: A las firmas viene mucha gente del colectivo de treinta años para arriba, y su discurso siempre es “ojalá haber leído esto con catorce años”, “ojalá haber tenido esa historia cuando yo estaba pasándolo mal en la adolescencia o cuando sentía que no encajaba”. Ver estas cosas da esperanza.

P: ¿Y has visto un cambio generacional?

R: Veo que las cosas han mejorado mucho. El otro día, salió que un chico en Arkansas se suicidó porque le acosaban, le seguían a casa…pero también puedes encontrar a gente como tú con tus mismas inquietudes que puede que esté pasando por lo mismo que tú y esa persona puede estar aquí, puede estar en Colombia, puede estar en Italia o donde sea. Te da la oportunidad de ser más visible o si quieres ser más invisible estar con personas que quieres estar.

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