Jarramplas, la viva encarnación del triunfo del bien sobre el mal

Desarrollo cronológico de la fiesta Autor/a: María Martínez Carrero. Fuente: Canva

Fiesta de Interés Turístico Nacional, la fiesta de Jarramplas tiene lugar cada 19 y 20 de enero en la localidad de Piornal, Cáceres.

Piornal, el pueblo más alto de Extremadura,  está situado al  norte de Cáceres, en la Sierra de Tormantos,  entre las comarcas del Valle del Jerte y de la Vera. Un pueblo que surgió como poblado de ganaderos a principios del siglo XIII, y que en la actualidad conviven unos  1.500 habitantes. Pero si algo caracteriza a este pueblo es la fiesta de Jarramplas, un personaje histórico de procedencia incierta.  Entre las diferentes teorías que existen acerca del origen de esta fiesta, se encuentran  ritos ancestrales  vinculados a las mitológicas luchas entre Hércules y Cacos, ceremonias que contemplaron los conquistadores en su viaje de América, quizás un guerrero o un mártir cristiano, la teoría de un posible ladrón de ganado, o quién sabe, podría ser hasta el propio demonio. Sea como fuere, Jarramplas es una fiesta en la que se representa el triunfo del bien sobre el mal, y que, durante los días 19 y 20 de cada enero deambula por las calles de Piornal, recibiendo por parte de los vecinos, la lluvia de nabos

La fiesta de Jarramplas está ligada a la celebración religiosa de San Sebastián, el otro gran protagonista de la fiesta. Este Santo fue general de la guardia romana de Diocleciano,  defensor de la fe y compañero de innumerables cristianos. Cuando su general se enteró de esto, ordenó que lo ejecutarán y atado a un árbol,  fue asaeteado. Y es aquí donde encontramos la similitud entre ambos personajes: Jarramplas y San Sebastián. Los dos son apedreados públicamente, llegando a comparar las saetas que arrojaron a San Sebastián con los nabos que se tiran a Jarramplas.  Un vínculo que hace que los piornalegos lo vivan de una forma más especial. “Yo siempre he relacionado Jarramplas con San Sebastián, para mí va todo unido” relata una vecina de Piornal. 

San Sebastián, además, es considerado protector de las personas que van a militar a la guerra, de ahí que los quintos tengan un papel fundamental en esta celebración. Antiguamente eran los encargados de recoger los nabos de las cosechas de otras personas.  Como “El pueblo tenía muchas vacas, cada dueño sembraba en el huerto nabos para alimentar al ganado durante el invierno. Los quintos tenían como tradición   ir a robar los nabos para tirárselos a Jarramplas los días de la fiesta. El robo era insignificante, pero si los dueños les pillaban, podían denunciarlos” relata un vecino del pueblo. En la actualidad, la quinta de cada año todavía tiene cierto protagonismo en la fiesta,  puesto que  realiza el reparto de nabos por las calles por las que pasará este personaje. Pero esta vez sin robarlos, ya que un ganadero se dedica exclusivamente a su producción, superando la cifra récord de 26.000 kilos de nabos que piornalegos y visitantes lanzarán a Jarramplas.  “Lo que más ilusión me hizo fue repartir los nabos, porque es una oportunidad que solo se tiene una vez en la vida y como piornalega me produce mucho orgullo” nos cuenta Salobrar, quinta del 2020. 

Jarramplas y mayordomos

Durante los días de enero, Jarramplas, soportando un peso de 50 kilos con la armadura, la máscara y otras protecciones, recibe la lluvia de nabos. Pero, ¿Quién es realmente  este personaje? Jarramplas es la esencia de Piornal, su seña de identidad.  “Es algo que no se puede explicar con palabras”, nos cuenta Ernesto,   Jarramplas 2022. Y es que cada año hay diferentes personas apuntadas para representar a este personaje. De hecho, tienen que esperar años hasta que les llegue su turno. Tanto es así,  que existe una lista hasta  el año 2046, de manera que la continuidad de esta fiesta está asegurada.

Con un traje  cubierto por miles de cintas multicolores,  la figura de Jarramplas avanza al compás del tamboril. De la confección del traje se encargan las madres y mayordomas de este personaje, como es el caso de Mari Carmen, madre de Toñi, Jarramplas 2022. “Lo que he hecho ha sido confeccionar el traje de Jarramplas. Lo empezamos a elaborar a principios de septiembre; coger patrones, cortar, coser; y hace quince días puse la última cinta”. Y es que cada Jarramplas tiene su propio traje, que estrenará en su salida el día 20 de enero.

Cabe destacar el proceso de preparación de la armadura, tamboriles y decenas de “cachiporras”, que durante las noches de invierno, se encargan de elaborar mayordomos y familiares.  Pero el elemento más característico de la vestimenta es la máscara, que cada año varía a gusto de los diferentes Jarramplas. “El diseño de la máscara es algo muy importante para mí”, comenta Toñi.  Ernesto  también  tiene pensada ya  su máscara, sin embargo nos recalca que su diseño “es secreto”. Si algo caracteriza a estas máscaras son sus extraños dibujos; desde monstruos, serpientes, sangre, etc.  La máscara está compuesta por varios elementos indispensables: dos cuernos ajustados en las sienes, de la que cuelga una larga cabellera tambaleante y una  nariz puntiaguda entre los ojos.  

Aunque el protagonista de esta fiesta sea Jarramplas, no podemos olvidarnos de los  mayordomos. “Son los que aportan el capital de la fiesta, y los que ayudan a Jarramplas, encargándose también de la fiesta en todo su conjunto” comenta Toñi, que además de próximo Jarramplas es mayordomo. Un papel muy especial para los piornalegos, pero a la vez muy costoso. “En nuestro caso, somos 25 mayordomos, y cada uno hemos puesto 500 euros”, explica Ernesto. Y es que todo este capital va destinado a pagar todos los gastos de la fiesta: máscaras, tamboriles, cachiporras, etc. “Es un orgullo muy grande poder ayudar a un amigo, ya que es su ilusión desde hace muchos años…”comenta uno de los mayordomos. 

Al ser una fiesta de gran magnitud, llegando a reunir a más de 20.000 personas, genera grandes beneficios para el pueblo.  “La festividad supone  una gran fuente económica para localidad en cuanto a bares, restaurantes e incluso tiendas”, “La mayoría de los turistas se alojan tanto en el pueblo como en los alrededores, y al ser una fiesta de tal dimensión, no solo deja beneficios en la localidad sino en toda la comarca”, recalca Javier, el Alcalde de Piornal.

En definitiva, si se pierde esta fiesta, se perderá una parte de la historia de Piornal y de la comarca.

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