Curar el estigma de la salud mental educando

El ex secretario general de Sanidad en España, Fernando Lamata (PSOE), habla de la necesaria normalización del estigma de la salud mental y de la falta de educación en la sociedad sobre este problema.

A través de la pantalla de un ordenador, con el COVID-19 como culpable de esta lejanía ya habitual en las entrevistas. Así se presentaba el experto en salud pública y políticas de salud, además de exconsejero de Sanidad en Castilla La-Mancha con los socialistas. Fernando Lamata expresaba su lamento acerca de las burlas que hubo de un diputado del PP sobre el discurso del problema de la salud mental expuesto por Errejón en el Congreso.

Para Lamata el problema no fue únicamente la actitud de Carmelo Romero (PP), sino que esas burlas son frecuentes en la sociedad. “Es lo que llamamos estigma, esa marca que tienen las personas con problemas de salud mental, que se asocia con algo raro y se rechaza”. Esa etiqueta impuesta por la sociedad provoca pensar que solo se trata de un bache. Pero en el fondo, conlleva a que estas patologías se agraven aún más, y haga que el distanciamiento social también aumente.

La normalización es el aspecto clave para afrontar este problema que, con la pandemia, ha aumentado de manera drástica en muchos hogares, según el CIS. Se debe entender que cualquiera puede verse afectado por estas enfermedades de salud mental, porque  “una de cada cuatro personas lo tienen a lo largo de la vida. Por tanto, nos va a pasar, y hay que abordarlo”. Pero para que la población normalice estas situaciones, debe dejar los prejuicios y la ignorancia a un lado. “Solo difundiendo el conocimiento, hablando de ello, normalizaríamos pedir ayuda, y podríamos superar ese estigma”.

“Difundiendo el conocimiento y hablando de ello, normalizaríamos pedir ayuda y superaríamos ese estigma”

Además de una sociedad educada, para Lamata esto es solo la punta del iceberg del problema. Porque también es relevante tener las herramientas adecuadas a mano en materia de sanidad, y ahora mismo sería necesario duplicar los recursos que se tienen. Hay una lista de espera para el psicólogo que no es aceptable, y si ya de por sí se necesita un esfuerzo para acudir…la gente se cansa”. Los enfermos se quedan sin atención y, en algunos casos, llega demasiado tarde.

Actualmente se gastan en salud mental unos 4.000 millones según Lamata, lejos de los 10.000 millones que estima que se deben emplear: “hay que fijar ese objetivo”. “Solo así tendremos una respuesta rápida, eficaz, con un número de profesionales suficientes y un equipo de atención primaria”. Pero no debería ser este el único objetivo de la nueva estrategia de salud mental. La mayoría de recursos van destinados a psicofármacos y hospitalización de pacientes, dejando en menos de un 15% del presupuesto a la atención comunitaria: “esto hay que cambiarlo, hay que llegar antes, y hacer que la atención comunitaria sea la prioridad. Si no, cuantos más días pasen, más se agravará el problema y más difícil le será a esa persona recuperar la normalidad”.

La sanidad española ha sido calificada en numerosas ocasiones como una de las mejores del mundo, pero cree Lamata que la crisis del 2008 “afectó mucho al sistema y ahora, sobre todo la atención primaria, está muy deteriorada”. Aun sin esa reducción del gasto por la crisis, la salud mental seguía con índices muy bajos de inversión: “La dificultad de expresar este tipo de problemas ha hecho que casi siempre quede postergado”. Por ello, tanto la sociedad como los medios de comunicación son clave para “resolver el problema del estigma y ayudar a aquellos que padezcan problemas de salud mental”.

Fernando Lamata explica la necesidad de invertir más en atención primaria. Fuente: elaboración propia.

 

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