China busca liderar la nueva carrera espacial con su sonda Tianwen-1. A pesar de que el amartizaje del robot chino no está previsto hasta mayo, la sonda ya se encuentra en la órbita de Marte y parece que Pekín buscará dar un golpe de efecto para entonces.
Como ocurrió durante la Guerra Fría, en la actual carrera espacial hay mucho más en juego que unas simples fotos de la superficie del planeta rojo. Ahora se busca conocer la rentabilidad de una posible explotación de los recursos del planeta. Las grandes potencias llevan años desarrollando su tecnología con este objetivo, sin embargo, las distintas misiones tienen diferencias. En este sentido, las capacidades del robot chino parecen estar por delante de las del americano, el Perseverance. Además, a las herramientas que se conocen habría que sumar todas aquellas que no han sido reveladas por Pekín.
En la mayoría de estas misiones ha habido un trabajo conjunto de países. Por ejemplo, la estación meteorológica del rover norteamericano es de fabricación española, y su función es la de analizar el ambiente marciano. En cambio, la sonda china presume de haber sido fabricada íntegramente en el país. Si a esto se le suma el secretismo que caracteriza a la potencia asiática, es de esperar que reserve alguna sorpresa para posicionar a su misión como la más eficiente de todas.
La exploración de Marte constituye uno de los ejes centrales en la nueva carrera espacial. Y, dada la velocidad del desarrollo tecnológico, es de esperar que este solo sea el primero de muchos otros episodios marcianos.