Carmen Martín lo tiene claro: hay que vacunarse. Aún en una pandemia en la que muchos siguen falleciendo, la inmunóloga del Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León no deja de apreciar la utilidad de la debatida vacuna de AstraZeneca mientras prevé un ritmo de vacunación más ajustado a la realidad que Fernando Simón.
¿Qué distingue unas vacunas de otras?
– A nivel práctico, para la población, nada.
Es decir, con el objetivo de inmunizar a la población, ¿no importa qué vacuna te pongas?
– Exacto, lo que importa es que te la pongas lo antes posible.
Ya en una entrevista con Risto Mejide confiaba en los estudios de la vacuna AstraZeneca por la tecnología que usaban, ¿ha cambiado su opinión al respecto?
– No, porque lo que está pasando, visto desde el sector, es irreal: está habiendo un montón de movimiento social que no comprendemos. Así que, mi punto de vista no ha cambiado, con la vacuna no ha sucedido nada anormal.
Entonces, ¿se han exagerado esos poquitos casos de los millones de personas que se han vacunado con AstraZeneca y han sufrido trombos o ha sido correcto suspender el proceso temporalmente?
– No podemos saber qué hubiera ocurrido de no suspenderse… pero es completamente normal que cualquier ensayo clínico sufra paradas de seguridad para comprobar algunos términos y seguir adelante. Lo que ocurre es que estos tiempos están ahora bajo la lupa social y mediática, y los periodistas están siendo irresponsables porque toda esa información ha causado el pánico colectivo sin razón.
En este sentido, con la provocada alarma social ante los efectos de AstraZeneca, como inmunóloga, ¿qué le diría a la gente, a aquellos que están dejando de confiar en la vacuna?
– Diría que la fiebre de la COVID es mucho más terrible. El dolor de cabeza es mucho más terrible y el dolor muscular cuando intentas moverte después de haber estado ocho semanas intubado es mucho más terrible… Si alguien está preocupado por los trombos, también los causa la COVID, hasta en un 5% de los enfermos… Entones, nadie pretende poner a nadie en riesgo, pero, la preocupación de la gente es desproporcionada.
Así, está de acuerdo con el mensaje de la Agencia Europea del Medicamento ahora mismo, ¿no? Seguir con la vacunación de AstraZeneca.
– Por supuesto, la Agencia Europea del Medicamento es, para mí, la mayor autoridad ya no europea, sino mundial: es de las agencias más seguras, estrictas, vigilantes… De hecho, estos eventos tan raros e infrecuentes se han detectado en Europa. ¿Por qué? Porque la vigilancia aquí es estrictísima y, por eso, debemos tener tranquilidad.
“Al 70% [de vacunados] con el ritmo actual no se llega”
Y, sobre las previsiones de tener al 70% de la población vacunada para verano, ¿qué opina? Según los datos actuales, no es un objetivo posible, pero Fernando Simón se muestra optimista.
– Sería fantástico… pero llevamos 3 millones. Así que, lo dudo; cuando vea algo que me incite a pensar que se va a multiplicar el ritmo, veremos… pero al 70% con el ritmo actual no se llega.
¿Cree que en los planes de vacunación hay algún sector que deba considerarse ya prioritario y que no lo esté siendo?
– Para mí, lo más grave, y por fin se ha cubierto, eran los mayores y el personal sociosanitario de las residencias porque estaban siendo una fuente de muertes y no tenían cómo defenderse… A partir de ahí vamos todos los demás: el personal sanitario, los profesores… todos los que necesitan mayor protección.
Y, en perspectiva, desde que empezaron los estudios sobe la COVID, ¿cómo notan ustedes, los investigadores, que ha evolucionado el comportamiento del virus?
– El virus no tiene comportamiento, hace lo que le dejamos hacer. El virus intenta sobrevivir, pero no tiene intencionalidad porque no tiene comportamiento, se lo ponemos los humanos. Se decía que la cepa navideña era mucho más contagiosa, cuando, precisamente, hicimos muchas reuniones familiares y ayudamos al virus a contagiar.
Por eso, ¿está siendo compatible el ritmo de vacunación con el ritmo de extensión del virus?
– No es óptimo, pero sí es útil: teníamos cero herramientas y ahora tenemos tres y otra recién aprobada. Estamos en una situación tan precaria que todo lo que reduzca la presión de los hospitales tiene que ser bienvenido.
La ciencia no se hace sola
Ahora, tras entender el papel de la vacuna, finalmente queríamos saber si esta pandemia dejará, para usted, un nuevo respeto hacia la ciencia y su papel y si también habrá un cambio político al respecto.
– Tengo dudas muy serias… Se sigue hablando de la “ciencia” y desgraciadamente la hacemos algunos en nuestros ratos libres, no se hace sola: requiere de trabajadores específicos y ser investigador, a tiempo completo, es un trabajo dificilísimo que nadie conoce ni reconoce, con contratos precarios y sin reconocimiento de méritos.
¿La mentalidad de la sociedad, entonces, debería cambiar respeto a ello? ¿No cree haya aumentado la forma de apreciar la importancia del trabajo científico?
– No lo sé, yo esa mejora no la he visto… La sociedad no conoce la falta de derechos que tienen muchos de los investigadores españoles y, para la sociedad, durante la pandemia se ha entendido que la investigación no era una actividad esencial. ¡Qué despropósito! ¡La investigación, que es la que nos proporciona tratamientos y vacunas, no era esencial!