Mientras la pandemia llega a sus últimos días, se mantiene el temor entre la población mundial a la subida de los precios y la crisis económica
El primer mes de guerra en Ucrania ha agravado el encarecimiento de la electricidad, el diésel y la gasolina. Esto ha causado que la inflación llegue a su nivel más alto en España en 37 años.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha estimado que la inflación “habría tocado techo” este pasado marzo con una tasa cercana al 10%. Es la más alta desde mayo de 1985, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este fenómeno consiste en la subida generalizada de los precios. Así, afecta tanto a empresas y autónomos como a cualquier tipo de ciudadano de a pie. Ha reflejado la expresión más salvaje de las dos crisis a las que ha tenido que hacer frente el sistema en tan solo dos años. Hablamos de la crisis sanitaria derivada de la Covid-19 y la originada por la invasión de Rusia a Ucrania, que está causando todavía más incertidumbre.
Una manera de prever cómo afectará la inflación
Por otra parte, debemos analizar la Inflación subyacente, una cifra a la que se le suele hacer menos caso pero que, sin embargo, puede resultar clave para anticipar la tendencia de la inflación y saber si va a ser duradera o tan sólo temporal. Esto se explica porque dicho indicador examina la variación en los precios de los bienes y servicios del IPC, pero excluyendo los bienes energéticos y sin elaborar, es decir, refleja unos valores menos volátiles que se asemejan a la realidad estructural de un país.
En marzo, la tasa Subyacente en España superó el objetivo del Banco Central Europeo, convirtiéndose en un dato alto pero muy por debajo del de Estados Unidos, sin embargo, Funcas afirmó que en España “subirá hasta el final del verano, situando su media anual por encima de la de marzo”.
Preocupación respecto a los precios energéticos
Los datos han reflejado que la subida de precios ha afectado prácticamente a toda la cesta de la compra, concentrándose en algunos productos básicos, como el aceite de oliva, la leche o el arroz.
Sin embargo, la electricidad y los combustibles siguen siendo los productos que más se han encarecido en el último año, lo que liga la energía a la mayor causa de la subida de la inflación europea.
Por ello, si la subida de los precios energéticos se alarga en el tiempo, España y los países de la Unión Europea, deberán hacer frente a la incertidumbre de cuánto seguirán subiendo el precio de los productos exteriores, puesto que, al contrario que Estados Unidos, no cuentan con un suministro propio de tales dimensiones.