Erika Irusta es la primera pedagoga menstrual el mundo. Habla de sus conocimientos y proyectos
A sus 37 años aún no sabe definirse, así que intenta presentar a su personaje: “Soy vasca exiliada a Cádiz. Estudié pedagogía, hace 10 años decidí dedicarme a la didáctica del cuerpo a través de la escritura, divulgación e investigación de lo que sucede en la sociedad con los cuerpos que menstrúan”.
Hace 11 años creó El camino Rubí, donde comenzó su carrera como investigadora y divulgadora creando contenidos didácticos y sesiones online. Explica que por desgracia no puede dejar de querer aprender y enseñar. En 2015 inició junto con su pareja la comunidad Soy1Soy4, la única red social de cuidados creada y programada a medida de la experiencia de los cuerpos menstruantes, con más de 22 mil mujeres registradas. Además, es muy activa en Instagram, donde sube vídeos criticando la situación de las mujeres.
Ha escrito dos libros: Diario de un Cuerpo, más personal y que le ayudó a superar su experiencia traumática de maltrato infantil, y Yo menstruo, que se define como una guía para aquellos cuerpos menstruantes en busca de respuestas. Sin embargo, sus obras son completamente distintas. El primero tiene que ver con uno de los peores momentos de su vida: “El libro me ayudó a parar la hemorragia, con lo cual lo que yo tengo con Diario de un cuerpo no lo tengo con Yo menstruo, pero también espero no volver a escribir ningún libro desde ese escarnio”.
Ahora está trabajando en un proyecto del que no puede contar mucho. Tiene que ver con cómo nos relacionamos con las creadoras y el contenido creativo en redes sociales. “Estoy bastante obsesionada con la manera en que los cuerpos que creamos, menstruantes, madres, precarizados… somos explotados por las grandes empresas de RRSS, y cómo poder crear contenido de una manera justa y libre de explotación.” Dice que la gente cree que lo que existe en Internet no se puede cambiar y lo que se ve es lo que hay. “Nos han contado el cuento de consumers y prosumers, y es un relato que estamos adquiriendo sin una crítica, aunque existen críticas maravillosas refiriéndome al trabajo de Remedios Zafra, mirando a suelo patrio.” Estamos generando un proyecto para cuidar y crear, porque a lo que me dedico tiene que ver con la política de cuerpos vulnerables y menstruantes, explica con ilusión.
Para Erika es muy importante unir la pedagogía menstrual con lo que llama política menstrual y quiere “hacer que el autocuidado se siga manteniendo como una revolución que ha de extenderse a todas las personas y cuerpos vulnerables”. Son cuestiones que tienen que ver con la organización de los tiempos, que es algo que beneficiaría a todos los cuerpos, menstruantes y no menstruantes. Que tiene que ver con la manera en la que organizamos los tiempos de cuidados y de trabajo, con el fin de tener una mayor calidad de vida. La existencia de la ignorancia del cuerpo tiene que ver con estas políticas menstruales que existen en la actualidad.
Ha habido un mayor reconocimiento sobre la educación menstrual durante los últimos años. Considera que el autoconocimiento del propio cuerpo y de las experiencias personales son fundamentales a la hora de menstruar, por eso señala: “La cuestión era el poder explicar que el problema no es la menstruación sino quién menstrua en esta sociedad”. Para ella, el autoconocerse es un trabajo diario y que nunca acaba. Por ello, su didáctica se basa en una cuestión de espejos.